domingo, 21 de septiembre de 2014

Películas españolas a los Oscar 2015: 10.000 km (Marqués-Marcet, 2014)



Sinopsis- Álex y Sergi son una pareja asentada en Barcelona que se está planteando formar una familia cuando ella recibe una oferta para irse a trabajar en Los Ángeles. Aceptar su reto profesional va a suponer enfrentarse a muchas dificultades personales para mantener su relación a 10.000km de distancia. 

¿Qué vamos a ver en esta película? El director nos demuestra que sabe hacer cine, y sabe hacerlo bien. La secuencia inicial abre con la pareja en la cama con una perfecta iluminación en claroscuros. La cámara es una intrusa, pero las sombras mantienen la intimidad sin romperla, nos invitan a disfrutar del amor que siente la pareja. Sin romper la perfección, en un plano-secuencia, acompañamos a los protagonistas durante toda la secuencia inicial en un ejercicio narrativo extraordinario. 

Álex finalmente se va a Los Ángeles, y entonces la narración rompe con el modelo clásico para tornarse un diario postmoderno y fragmentado, en el que solo conocemos a los protagonistas cuando ellos hablan por videoconferencia (Skype) y es a través de esa cámara, de baja calidad, casera, íntima, personal, que descubrimos su historia. También Marqués- Marcet nos sorprende con una pantalla multicámara, un recorrido por los nuevos lugares que visita Álex y que le va enseñando a Sergi a través de la pantalla. 

El ritmo del film avanza lento. Igual que pasan los días de quien espera, del que se queda mientras el otro vive nuevas y maravillosas aventuras. Avanza lento pero le permite alcanzar el clímax dramático, despacio, cuando ambos se plantean en silencio hacia dónde está yendo su relación. El ritmo también se vale de la narración por días, ya que sólo conocemos el avance de los días a través de los protagonistas, y en cierto modo, el ritmo contribuye a posicionar al espectador en la situación de ambos personajes. 

La temática es una profunda crítica a la situación que vive España en los últimos años: la fuga masiva de talentos por falta de oportunidades laborales en nuestro país. Álex cuenta que no puede ejercer de fotógrafa en España (su profesión), mientras que Sergi se conforma dando clases de música en sustituciones a la espera de unas oposiciones. Álex encarna el espíritu luchador de tantos y tantos españoles, que se vuelven valientes y hacen sus maletas y se van, se van en busca de un futuro mejor, un futuro que merecen, y se demuestra a sí misma que tiene talento. Sergi, en cambio, representa el inmovilismo: esperar a que pase la tormenta y lleguen nuevas oportunidades.

Gran descubrimiento de dos actores que destacan por sus grandes dotes de interpretación. Y es que son sólo dos, la pareja, la que nos engancha hasta el final del film. No aparece nadie más, y no hace falta nadie más. Primerísimos primeros planos dramáticos de Natalia Tena (Álex), asimilación perfecta del papel por parte de David Verdaguer (Sergi). 

El film es, al final, una exploración de las relaciones humanas, como hizo en su día Bergman en Un verano con Mónica (Bergman, 1953). Pero 10.000km trata la incomprensión de las relaciones de pareja en las que la distancia juega un papel fundamental y en las que no siempre se alcanzan finales felices. Trata de cómo reaccionan las parejas ante situaciones nuevas, desconocidas y que, en un principio, no son problemáticas. Y como en todas las relaciones, existe un vacío existencial de silencios, una manera inesperada de reaccionar frente a los deseos y necesidades de la pareja, un sufrimiento, una espera.

Sin duda, las limitaciones del presupuesto no son un handicap para este film, que bucea en lo más profundo del amor para producir un drama romántico con grandiosos resultados.

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