lunes, 22 de septiembre de 2014

Opening scene de Las Brujas de Zugarramurdi (De La Iglesia, 2013)

Probablemente sea una de las mejores secuencias que ha producido nuestro cine. La del atraco en el Compro Oro de la Puerta del Sol con Hugo Silva disfrazado de Cristo y Mario Casas de soldadito verde.

Y es que la escena inicial mete en la batidora todos los elementos que va a conjugar en la película: el característico esperpento de las películas de Álex de la Iglesia, la situación loca e inverosímil (el atraco en pleno centro de Madrid, con los protagonistas disfrazados), Madrid como escenario (en esta ocasión el pleno centro de Madrid, la Puerta del Sol), el humor (que aún no se ha vuelto negro), el niño que se ríe (como se ríe el espectador) del show que se ha montado... 

El rodaje y el resultado final son impecables, y nada tienen que envidiar a las películas de acción que tanto nos asombran de Hollywood. La iluminación de este escena de apertura ya nos advierte de que, entre risas, estamos ante una comedia terrorífica. 

Asimismo, en la escena inicial también se pone sobre la mesa una profunda crítica social a la España de la crisis (2013). Los protagonistas son cualquiera, cualquiera que está sin trabajo, que se ha divorciado y está sin casa... Situación bastante común y que les impulsa a atracar, improvisada y torpemente en un Compro Oro ante las dificultades para sacar adelante las familias. Cuando entran al taxi, el taxista también se manifiesta igual de desdichado económicamente. La huida también es otra metáfora de la emigración forzosa que está azotando a España. Los personajes no saben a donde ir, pero saben que tienen que huir de España.  

Y, por último, esta escena inicial también pone de manifiesto la genialidad de Álex de la Iglesia para volver una situación cotidiana en una historia original, con inesperados giros de guión y desarrollos narrativos que superan la imaginación del espectador

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