jueves, 28 de enero de 2016

Embarazados (Juana Macías, 2016)



La realidad de muchos españoles

 Coincide el preestreno de 'Embarazados', protagonizada por el dúo Alexandra Jiménez-Paco León, con la publicación hoy en el diario El País de un extenso reportaje sobre la fertilidad. Y es que mucha (y muy profunda) reflexión nos está trayendo el retraso del embarazo.

Juana Macías nos intenta acercar a la situación de una pareja normal: se quieren, llevan muchos años juntos,  y ha llega el momento de tomar la decisión (madura) de tener hijos, quizás demasiado tarde. Tarde biológicamente, pero no emocionalmente. Ese punto de inflexión, ante la imposibilidad de concebir de manera natural, es en el que el film da un giro espectacular y hace una introspección en cada uno de los personajes, extirpando de la comedia el drama más humano con una reflexión sobre la vida, la familia y los hijos en boca del personaje de Paco León.

Clásica "con un twist"

Valiendose de la estructura clásica de la tres actos, Juana Macías nos presenta una comedia romántica de enredos a la que se le añade un twist, el giro de que la pareja, idealizada, descubre que la pareja quizás no es la persona idónea para la experiencia de convertirse en padres. En ciertos momentos, la frescura y la jovialidad con la que interpretan el tema Paco León y Alexandra Jiménez, recuerda a la vitalísima 500 días juntos (Webb, 2009), mientras que la hipsterización de una pareja de mediana edad que aún no ha concebido y se plantea y replantea su vida laboral y personal se asemeja a la visión de Mientras seamos jóvenes (Noah Baumbach, 2015)

La puesta en escena también es clásica. Maravillosos planos que nos entornan un San Sebastián de fondo que se conjugan con momentos de reflexión personal profunda con el travelling 360 que gira en torno a Alina (Alexandra Jiménez) y que es la metáfora pura de cómo la cabeza "le da tantas vueltas".
Lo que sí es verdaderamente innovador es esa combinación de comedia y drama, quitándole hierro al asunto tan dramático (atención al Paco León que asiste a la terapia de embarazados por fecundación in vitro o que se plantea quedarse durmiendo la resaca mientras a su chica le hacen la fecundación).  Muy bien medida la dosis emocional, que lleva al espectador desde la risa incontenible a momentos de verdadera reflexión e introspección personal, una pequeña montaña rusa que bien evidencia la crisis de la mediana edad. 

Sublimes Alexandra Jiménez y Paco León

Sorprende que la pareja no haya trabajado junta antes, y sin embargo se compenetren tan bien. 
Paco León va a sorprender, sin duda, con un registro de comedia diferente. Su personaje, Fran, tiene intensidad y profundidad , y evoluciona personalmente cuando verdaderamente se tiene pone a prueba. Jamás pierde ese tono de humor que lo caracteriza, pero quizás en esta ocasión estamos ante el mejor Paco León que hemos visto en pantalla. 
Quizás el personaje de Alexandra Jiménez, Alina, tiene menores perspectivas de ampliación. Ella también sufre ese síndrome de Peter Pan, y encarna excelentísimamente esa duda vital en la que se convierte la maternidad. Evoluciona también, algo más linealmente, más lógica, más adulta frente a su pareja, Fran, que parece que tarda más en el proceso tardío de maduración. 
El cast sin desperdicio alguno, cuenta con unos brillantes momentos a cargo de Karra Elejalde, Ernesto Sevilla o Goizalde Nuñez.   

Qué difícil es hacer una película en España

Ayer. los que tuvimos el placer de asistir al preestreno (gracias Carlos Rodríguez por las entradas de los patrocinadores de la película), nos dimos cuenta de nuevo de lo díficil que es ajustar una película con un presupuesto menor, y cómo hace que sea el ingenio el que marque las líneas de la película. Desde una coproducción infinita hasta los mismísimos intrusos publicitarios que se insertan en el film, nos damos cuenta de que, pese a todo, aún tenemos ganas de hacer mucho cine en España.  

domingo, 24 de enero de 2016

La chica danesa (Hooper, 2016)

 

'La chica danesa' de Hooper, encadena una serie es una serie de aciertos y fallos que finalmente concluyen en un film que queda corto para las expectativas de un 2016 mucho más transgresor que la mirada conservadora del mismo. Si bien el tema que trata es un apasionante 'biopic', la decepción del espectador durante las dos horas de duración es, casi inevitable ante lo que es más bien un "producto" de melodrama que no llega a convencer al espectador.

La mirada nos que clasifica


El film, como anuncia la mujer del pintor, Gerda (Alicia Vikander), pivota en la construcción de la mirada ajena, la mirada del otro sobre nosotros, y concretamente sobre lo femenino como objeto de la mirada masculina, en la búsqueda de quiénes somos: quienes somos frente la sociedad y quiénes somos en la intimidad.
Vemos cómo las miradas sobre el alma de Einar lo convierten en Lili frente al espejo. Vemos cómo se arriesga a mirar y reconocerse adoptando gestos de lo femenino en el peep-show en París a escondidas, vemos la mirada de la homofobia en los chicos que le propinan una paliza por ser diferente, vemos la mirada de distintos psiquiatras que lo tachan de loco… y finalmente vemos la mirada del amor, la de Gerda, que acepta y acompaña a su marido con resignación durante todo el proceso.
El espectador también participa del film con su mirada, pero quizás el error de Hooper es no dejarle construir su propia mirada, sino imponerle una, más conservadora y ajustada a los años 20, más dulcificada y romántica de lo que es la realidad. 

La belleza de la puesta en escena




Pese a su ritmo lento, la construcción del film tiene rasgos de delicadeza y buen hacer fílmico, en la que la composición de los planos es pictóricamente exquisita, aunque más orientada a la estética audiovisual que a la funcionalidad de un film que necesita más introspección.  
A cargo de Danny Cohen, encontramos secuencias que se ciñen a la composición clásica, pero se diluyen en una óleo contemplativo que le roba la fuerza a la narración. Sin embargo, ocurre en varias ocasiones que encontramos brillantez en la puesta en escena, como la primera vez que Einar siente sobre su cuerpo la ropa de mujer, minuciosamente cuidado y mimosamente medido, o cuando se presenta al baile y siente cómo todas las miradas se posan sobre su cuerpo, o en la propia secuencia del peep-show en París, quizás la más exquisita de todo el film.  


Un dúo de altura: Eddie Redmayne & Alicia Vikander


La elección de un versátil Eddie Redmayne, oscarizado por su 'Teoría del Todo' el año pasado, lo posiciona como una de las grandes apuestas en el cine contemporáneo. 
Creemos a ese Redmayne travestido y feminizado, si bien cuenta con esos atributos de un hombre que suscita la duda entre la androginia y la masculinidad. Nos lo creemos desde el momento que roza los pantys hasta que está hospitalizado, anémico, devastado. Y es que el actor británico ha sido posiblemente la mejor elección de cast que pudo hacer Hooper, junto con la de su compañera Gerda (Alicia Vikander).

El personaje que defiende magníficamente Vikander es el de una mujer atractiva, en la plenitud de su juventud, que busca frustrada la atracción con su marido, y sus cuerpos no se encuentran. En ese punto de partida, el espectador ya ha empatizado con el personaje de Gerda, ya se ha sentido atraído, movido por la mujer luchadora que acompañará a su marido, devota, incondicionalmente, por el calvario de encontrarse a sí mismo/a. Vikander aporta esa frescura y jovialidad a un personaje luchador e incansable, que será el alma máter del film y con el que el espectador sufrirá en silencio. 

jueves, 14 de enero de 2016

Joy (O'Russell,2016)


David O'Russell nos trae una historia sobre la superación personal, sobre la lucha por un sueño, el mismo propio sueño americano que puede convertirse en pesadilla. O'Russell nos trae una historia diferente, quizás de lo mejor que ha producido en los últimos años, una historia que trata lo duro que es seguir levantándose y cayéndose para lograr hacer dinero a partir una idea en Estados Unidos.
Y da el punto de vista de todas las verdades. De las hipotecas. De las noches sin dormir. De perder dinero. De la lucha con los proveedores. Del apoyo y no apoyo familiar. Basada en una historia real, la de Joy Mangano, el film nos lleva por una serie de desventuras que culminan, con el sueño cumplido.

Brillante Jennifer Lawrence

Una historia personal a la que pone cara una brillante Jennifer Lawrence que exhibe un registro de actuación que la consolida como una de las jóvenes promesas del cine americano. Ella es Joy, y ella es la persona con la que el film cobra sentido, en un ejercicio que muestra una evolución del personaje (Joy es luchadora, constante, pero también se derrumba, se colapsa por ser incapaz de conciliar su vida familiar) que le ha valido una nominación a los Oscar del próximo 28 de febrero.

 Momentos memorables

Si bien el film no destaca por su grandiosidad, quizás es el guión, quizás que la historia verdaderamente no da para más, sí hay algunos momentos de grandeza en el film del considerado "pseudointelectual" David O'Russell:
  • La atmósfera que enclaustra al personaje de Joy, colapsada por su vida familiar, está minuciosamente creada. El espectador verdaderamente siente cómo se siente Joy ante esa situación, llevada a la pantalla desde el tono de comedia, y sin embargo igualmente opresiva-
  •  La parodia de cómo se venden los productos en la teletienda. Creo que esas secuencias son excelentes.
Quizás es uno de los puntos más sobresalientes de O'Russell en este film: su parodia pseudodocumental, cuasi realista de cómo funciona la teletienda. La puesta en escena es una joya: cómo el asesor de marketing recorre los platós con Joy y le explica cómo funciona, el storytelling real que hace la propia Joy (¡bravo, Jennifer Lawrence!) que atraviesa la pantalla del televisor (la del espectador que la ve), y la del  espectador en el cine.

sábado, 9 de enero de 2016

¿Qué sería de las películas sin su Banda Sonora? Presentamos a Fernando Velázquez

Seguramente no lo conozcas, pero Fernando Velázquez te suena.
Te suena porque es el artífice de muchas de las grandes bandas sonoras de nuestro cine, muchas de las que te han acompañando en el cine de los últimos años.

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Quizás muchas veces la música nos parezca uno de los elementos "secundarios" detrás de la imagen o el sonido directo, los que se construyen en el propio espacio fílmico, pero la BSO de las películas, es la que, en muchos casos, les confiere la identidad y muestra quiénes son.
Estamos escuchando la música, y nuestro cerebro, inconscientemente, vuelve a revisitar las escenas de las películas. Porque la asociación de recuerdos que realiza nuestra mente es inmediata. Porque la imagen necesita ese acompañamiento, esa música que envuelve y traslada, que evoca y construye.

Lo que estás escuchando es obra de un maravilloso compositor español.  Gracias al extraordinario talento de un joven compositor llamado Fernando Velázquez, muchas de las bandas sonoras del cine español han cobrado esa personalidad propia.  

Y es que el compositor vasco se ha convertido en el mejor representante musical de nuestro cine, poniendo el sonido a muchos de los films más conocidos y reconocidos como son  El orfanato de Bayona, Mamá, de Guillermo del Toro, Lope, Los ojos de Julia, o las archiconocidas Ocho apellidos vascosLo imposible.

"Sin la música, la vida sería un error."

Nietzsche



Palmeras en la nieve (González, 2015)


Hay un principal motivo por el que la puesta en grandes pantallas de la liberación de la Guinea española está alcanzando las cuotas de pantalla de las que puede presumir. Y es que 'Palmeras en la nieve' recoge miles y miles de historias reales, de familias españolas que hoy viven y han podido recordar esos años de alegría, incertidumbre y miedo. 
Si la novela es bonita, la manera de llevarla al cine de González Molina con todo el "músculo" de AtresMedia detrás, es una maravilla. La cuidada escenografía y estética son una de las principales muestras de ello. El paraíso de la Guinea colonial, la dureza de las plantaciones, el desenfreno de las noches de los señoritos. El film nos acerca al universo que se vivió y que tantas personas recuerdan. 

Quizás lo más flojo dentro de esta producción de alto presupuesto es la interpretación de Mario Casas, incapaz de liderar con un papel protagonista que requiere una variedad de registros que el ídolo adolescente es incapaz de ofrecer. Al contrario que sucede con la intensidad dramática que muestra una excelente Berta Vázquez, sobresaliente, transmitiendo mucho más de lo que el guión exige y dando lo mejor de sí misma. De nuevo entre los destacados por su fabulosa interpretación, destaca Alain Hernández, que encarna al señorito déspota de la España avasalladora y destructora. Todo el colonialismo, en sus acepciones más extremas y negativas, lo encarna su personaje, Jacobo, que se alimenta de la tierra y sus gentes sin miramientos, que destruye a su paso en lugar de construir, que fomenta el miedo y se vale de la violencia para imponer su ley en el "nuevo mundo". Tampoco queda atrás en el cast la bellísima Macarena García (Premio Goya a Mejor Actriz Revelación 2012 por su personaje protagonista en la Blancanieves de Pablo Berger), aunque sí lo hace una Adriana Ugarte que queda eclipsada por sus compañeras femeninas. 

Palmeras en la nieve es, quizás, una apuesta segura para todos los públicos. Porque mezcla en su guión Historia (en mayúsculas) con romances imposibles, con caras jóvenes y conocidas del panorama cinematográfico español, y todo aderezado con un recorrido paisajístico de ensueño, que conquistará tanto a jóvenes como a los más adultos. 

lunes, 4 de enero de 2016

Steve Jobs (Danny Boyle, 2016)


Frenético ejercicio 

Quién mejor que Danny Boyle, bajo un guión del reconocido Aaron Sorkin, para llevar a la gran pantalla al genio del S.XXI. No se trata de hacer una biografía. Eso podría hacerlo cualquiera. El director británico sorprende con brillantez trasladando al espectador al frenético momento del genio, ese minuto detrás de cada uno de los extraordinarios discursos y, cómo no, ese marketing que ha convertido a Apple en un universo. 
Sin duda las escuelas de cine estudiarán este film por su arriesgada e innovadora puesta en escena. Más allá de los planos imposibles de salas abarrotadas, ángulos que cubren casi la totalidad de la pantalla y que envuelven, y otros planos en los que la persona-personaje Steve Jobs ocupa un primerísimo casi impositivo plano, hay dos recursos narrativos sublimes en el film de Boyle.

El primero es una consecución de plano-contraplano en conversaciones entre Steve y su jefe en Apple, encarnados por Michael Fassbender y Jeff Daniels respectivamente. 
La situación espacio-temporal del film es disrrumpida por dos conversaciones, la que tiene lugar en el tiempo real, y otra que hace referencia a un momento temporal anterior y en el que ambos personajes tomaron decisiones cruciales en el futuro de la compañía y que divergen de la mente creadora de Jobs. Los plano-contraplano se concatenan, creando una conversación totalmente diferente y a la vez completa del momento real, y rompiendo todos los esquemas clásicos de la creación cinematográfica. El espectador siente que las imágenes lo bombardean, y a la vez, las palabras, tienen un sentido completo. Esa increíble manipulación de la narrativa fílmica con la excelencia de lograr un recurso brillante (y repetido a lo largo del film) es una magnífica aportación a uno de los primeros films de 2016.

La segunda gran innovación de Danny Boyle es la utilización del formato (IPad) integrado en la propia película. Es, sencillamente, sublime. Las imágenes de las noticias y los avances se encadenan, como si el propio usuario de un Ipad deslizara su dedo atravesándolas, deslizándolas antes los ojos del espectador en la gran pantalla.

Aaron Sorkin, el hombre ideal para el dueto

El film es una de las grandes maravillas en cuanto a forma, pero el contenido, esa adaptación de Aaron Sorkin del 'biopic', tampoco queda alejado. La narración se desarrolla en momentos específicos, los minutos cruciales antes de las archiconocidas conferencias de Jobs en distintos lugares emblemáticos de Estados Unidos. Ese corsé, sirve de pretexto y encaja al espectador en un claustrofóbico espacio. La tensión, abre paso a flashbacks en la vida de Jobs, a través de otros personajes. A modo de álbum multimedia de recuerdos, Sorkin nos invita a un paseo por algunos de los momentos que han marcado la vida de Steve Jobs. Una narración central que despliega sus tentáculos, para siempre volver al epicentro, y avanzar a otro epicentro.


Michael Fassbender, polifacético

Fassbender se ha convertido en la apuesta segura de Hollywood, el chico sexy polifacético del paseo de la fama. Desde su impresionante interpretación del obseso sexual en Shame (2011), pasando por papeles destacados en Inglorious Basterds, A dangerous method, 12 years a slave, este 2016, Fassbender brilla con luz propia en Macbeth y en este film, tan variados y diversos como las cualidades innegables y excelentes del actor. Esperemos que este 2016 le traiga todo el reconocimiento a esta trayectoria.