domingo, 10 de mayo de 2015

Sexo fácil, películas tristes (Flah, 2015)



Este film es el resultado de los frutos del programa Ibermedia, que promueve la coproducción entre países de habla hispana. Esta película hispanoargentina nos presenta una reflexión sobre la comedia romántica, sobre el amor, sobre la vida.

Una historia dentro de otra historia. Un guionista argentino, Pablo (Ernesto Alterio), recibe el encargo de escribir un guión de comedia romántica que se rodará en España, en un momento de plena crisis de pareja. 
El film inserta un relato dentro del otro y las historias se suceden paralelas, que es la principal fortaleza de esta película. Por un lado, la vida real, las complicaciones del amor, de las parejas, de personas que cambian y evolucionan con el tiempo: la historia del guionista, en Argentina. Por otro, la idealización del amor, que es la esencia misma de la comedia romántica. Marina (interpretada por Marta Etura) y Víctor (Quim Gutiérrez) interpretan a esa joven pareja enamorada, con sus dificultades y discusiones, pero que está destinada a estar junta. 

Todo el film está plagado de guiños a la propia industria del cine. En un pitching inicial, Pablo nos adelanta la sinopsis del guión en el que está trabajando, mezclando en la coctelera todos los elementos que son necesarios para el género de la comedia romántica.

Las dos historias mantienen la estructura clásica de los tres actos, el espectador se inquieta, introducción, nudo y desenlace, ¿finales felices?
Además, por exigencias de la productora, también nos explica por qué las localizaciones del film se incluye tal y como la vemos, o las dificultades económicas que atraviesa la industria del cine en los países hispanos, que acaba rindiéndose al capital.

Madrid. Una comedia 'indie' que pretende alejarse de lo mainstream y que hace un recorrido por el Madrid de Malasaña, por las librerías hipster, por calles y lugares que resultan conocidos sin caer en la obviedad de los grandes lugares emblemáticos.

En tonos pastel. La estética con la que se define la historia que nos narra, desde su amargura, Pablo, nos traslada desde un gris Buenos Aires a un Madrid en tonos azul y pastel. Y es que toda la parte de la película que se desarrolla en Madrid adquiere esa tonalidad de ensueño, de saturación de colores, vida dulce.
El cast. A nadie dejará indiferente la pasión de un Quim Gutiérrez loco de amor y a la vez tan realista, la dulce Marina, encarnada por Marta Etura, y su vida en común. El espectador vivirá las frustraciones y desengaños (en la vida y en el amor) del personaje de Ernesto Alterio, Pablo, el guionista argentino que oscila entre la ingenuidad y la madurez intelectual.

Sin duda una película diferente, una apuesta fuerte del cine español y argentino por una comedia amable, sencilla, y en la que el espectador saldrá con una dulce amargura de emociones. 

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