martes, 12 de mayo de 2015

A cambio de nada (Guzmán, 2015)


Daniel Guzmán nos presenta su ópera prima en un relato sobre la generación ni-ni de los años 90 que conjuga drama y comedia de la mano de unos personajes muy característicos, que nos trasladan a la realidad de la España de los sueños perdidos.

Galardonada con la Biznaga de Oro en el reciente Festival de Cine de Málaga, llega esta primera película Daniel Guzmán, que alcanzó la fama como actor con su papel de Roberto, un arquitecto infantil y frustrado, en la popular serie española Aquí no hay quien viva.

 La historia, que Guzmán define como autobiográfica, narra la conflictiva adolescencia de un chico que afronta con dificultad el divorcio de sus padres. Darío, de dieciséis años, pertenece a esa generación ni-ni de los años 90, durante los años de crecimiento económico del ladrillo en España, una época en la que dejar el instituto y ponerse a trabajar de mecánico era una opción factible y el sueño de cualquier adolescente rebelde. Y es que, en efecto, Guzmán sabe relatar con agudeza la vida de este (y tantos otros) adolescentes de barrio, el conflicto y la lucha, el desapego de los padres, las ganas de tener dinero propio a costa de cualquier cosa, el descubrimiento del sexo.

Una de las principales fortalezas del film es su capacidad de conjugar con mimo la comedia y el drama en esta cinta. Si bien la historia que narra es un drama en sí misma, la manera en la que la presenta es una ruptura genial con el género, arrancando carcajadas inverosímiles en la sala de cine. Los toques de humor, simples, que bien recuerdan al personaje de Roberto en Aquí no hay quien viva, acercan al espectador a la realidad desoladora de Darío con momentos de relief del drama que hacen olvidar la triste cotidianeidad de esa clase social trabajadora, con y sin aspiraciones capitalistas.

Otra fortaleza de A cambio de nada es su cast. Salvo la colaboración de Luis Tosar, el resto de personajes son actores no profesionales que interpretan con autenticidad el Madrid castizo y perdido: Miguel Herrán, el protagonista, cautiva al espectador desde que la cámara lo retrata por primera vez; mientras que la entrañable abuelita "buscagangas" para su pequeño local en el rastro, es la propia abuela de Guzmán.
Madrid omnipresente. A cambio de nada es un relato de la vida humilde en Madrid, de las manos sucias de hollín del mecánico que se viste de camisa para salir a las lujosas discotecas del centro. Es un paseo por la emblemática Gran Vía, y a la vez es todos esos barrios desconocidos, esos habitantes alejados del glamour que habitan el mismo cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario