martes, 30 de diciembre de 2014

I Origins (Cahill, 2014)

alardonada por el jurado de esta 47 edición del Festival de Sitges como mejor película de la Sección Oficial Fantástica a competición

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2263598/0/palmares/pelicula/sitges-2014/#xtor=AD-15&xts=467263
a sido la galardonada por el jurado de esta 47 edición del Festival de Sitges como mejor película de la Sección Oficial Fantástica a competición

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2263598/0/palmares/pelicula/sitges-2014/#xtor=AD-15&xts=467263

 Sinopsis- En su segunda cinta, Michael Cahill (Otra tierra, 2011) propone una profunda reflexión sobre la eterna discusión ciencia/religión. Michael Pitt encarna a un Doctor en Biomedicina, dedicado por completo a su estudio del ojo, un científico escéptico que se enamora de Sophie (Astrid Berges-Frisbey), un alma libre y bohemia, por sus únicos e hipnotizantes ojos. Sophie, misteriosa y caprichosa, le mostrará que existe otra 'visión' del mundo a través de la creencia espiritual.

Premio del Jurado (Sitges, Mejor Película Fantástica 2014) 

El tema: Pasión, entre ciencia y religión

"Los ojos son la ventana del alma" parece ser el tema del segundo film de Michael Cahill. El director nos traslada en un viaje (físico, de Nueva York a Nueva Dehli y espiritual, desde el escepticismo hacia la creencia) que contrapone los avances científicos a todo lo sensorial que la ciencia no puede  probar.

I Origins también propone la posibilidad de la reencarnación de las almas a través de los ojos en un relato que conjuga la vida y la muerte con el amor desde un punto de vista 'indie' y místico. Unos ojos, unos de entre los millones de ojos que Ian ha ido fotografiando a lo largo de su vida, y una puerta desde la oscuridad hacia la luz son las dos metáforas poéticas del romance sci-fi del director estadounidense.

La fuerza del guión

La historia, que se desarrolla sin acción, tan sólo con la reflexión y búsqueda continua, está perfectamente tejida y desarrollada. La fuerza de un guión en el que todo tiene (y cobra más) sentido, incluso los "golpes inesperados", el prematuro amor eterno, el nacimiento y la muerte, construye un relato que no dejará indiferente al espectador, que lo revolverá en la butaca entre causalidades y casualidades, que quedará perplejo ante los giros inesperados y ante la simplicidad con la que se hilan los hechos narrativos.

Mise en scene: la narración se completa

La ciencia ficción alberga y nutre una historia de amor (predestinado). una idea que crece con su puesta en escena brillante, desde la estética cuidada, que va desde desde primeros planos de los espectaculares ojos y la biométrica del iris hasta la representación en pantalla de dos ciudades, tan diferentes como Nueva York y Nueva Dehli, con un halo de misterio, suciedad y frialdad entre tantas personas.
Los tonos grises y azulados de una Nueva York bohemia y grunge contrastan con los tonos cálidos (naranja, ámbar y marrones) de la India.
La frialdad del pavo real blanco, que agita sus alas en slow motion y la banda sonora melancólica completan este film que coquetea con lo indie y new age.

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