jueves, 4 de diciembre de 2014

El potencial del cine para educar: Els nens salvatges (Ferreira,2012)


Adolescencia problemática. Ese es el tema que aborda Patricia Ferreira en la cinta Els nens salvatges. Tres adolescentes incomprendidos, tres historias paralelas unidas por los lazos de la amistad y una rebeldía descontrolada son los elementos que desembocarán en un inesperado final.

Álex (Álex Monner), Gabi (Albert Baró) y Oki (Marina Comas) son tres compañeros de instituto conflictivos e incapaces de mostrar motivación o interés por nada. Pertenecen a tres clases sociales diferentes, pero su rebeldía innata y su desobediencia hacia los padres demuestran que poco tiene que ver el hogar al que pertenecen. Su relación se hace más fuerte cuanto más desean desvincularse del orden establecido (sus padres y sus profesores).

El film pone de relieve la impotencia de profesores y padres ante un adolescente 'salvaje', la incapacidad de contenerlos, de ponerles orden, que sobrepasa tanto a unos como a otros.  El film expone tres entornos familiares diferentes. La familia de Oki es la familia con dinero pero incapaz de transmitir afecto a su hija, pero a cambio la obsequia constantemente. La familia de Gabi es una familia de padre estricto (dominante, macho) que se complementa con una madre sumisa, abnegada y amparada en sus hijos. Y finalmente la familia de Álex, rebelde pero de buen fondo, que sueña con ser artista del graffitti, de un entorno más humilde. 
A ellos se unen profesores con los que los adolescentes tienen ataques de violencia, y la psicóloga del centro, joven, idealista y protectora de los niños más conflictivos. El estamento de la educación, retratado de manera realista, retoma la labor fallida de los progenitores, pero también es abocado al fracaso

La línea narrativa  es compleja. Un suceso. Una noticia que podría aparecer en cualquier página de sucesos de cualquier diario. Pero para llegar a ese final se recorren varios caminos que nos permiten entenderlo. Cada adolescente toma la voz de narrador y así el espectador puede adentrarse en su entorno y conocer su punto (y así finalmente los tres puntos de vista). Pero es sin duda el final, ese golpe maestro, el que confronta la realidad de tres adolescentes descontrolados.

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