lunes, 17 de noviembre de 2014

La película española para los Oscar 2015: "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (Trueba, 2013)

La cinta de David Trueba, galardonada con 6 Goyas en 2014 (Mejor Película y Mejor Director, Mejor Guión Original- David Trueba, Mejor Actor- Javier Cámara, Mejor actriz revelación- Natalia de Molina y Música original) es la representante española en los próximos Oscar de 2015 en la categoría de Mejor largo de habla no inglesa. 

Sinopsis. Vivir es fácil con los ojos cerrados trata la historia de Antonio (Javier Cámara), un profesor de inglés soñador en la España de 1966. Antonio, motivado por la visita de John Lennon a Almería para un rodaje, emprenderá un camino en coche desde Albacete hasta Almería para conseguir completar las letras de las canciones de los Beatles. En el camino conocerá a Belén (Natalia de Molina) y a Juanjo (Francesc Colomer) , que intentan reconstruir su camino en una España que aún adolece la dictadura franquista. 

Un retrato de la posguerra española
Un retrato de soledad e incomprensión: la España de los años 60 aún sigue en busca de la libertad, y eso es lo que se representa a través de los tres protagonistas.
Juanjo se rebela de su familia, que le obliga a cortarse el pelo (el pelo largo considerado como un síntoma de intolerable rebeldía) y se escapa de casa. Belén, "descarriada" y embarazada, se escapa del lugar donde la tienen recluida con su vergüenza. Ambos se encuentran con Antonio, maestro que rompe con los estereotipos de maestro franquista al ser alegre y soñador, y emprenden una road trip a la española en la que se buscarán a sí mismos ante la oscuridad que se cierne ante ellos y que no termina de extinguirse. 


La posguerra significa un hito que se refleja en los tres personajes: hace falta emprender el propio camino, diferente, único, aún sin trazar, con valentía, con entereza y alzarse ante la incertidumbre. Y es aquí donde la calidez narrativa de Trueba logra exponer el lado más tierno y emotivo. 
Nos acerca a esas vidas 'pequeñas' de personajes 'muy grandes', a esos pequeños instantes vividos. A la ternura de unas palabras o de una mirada de apoyo. Nos invita a conocer a sus tres desconocidos que, por un fin de semana, dejan de serlo. 
Es este aperturismo personal el que coincide con el aperturismo de España al mundo y la llegada de figuras internacionales como John Lennon. 

Vivir es fácil con los ojos cerrados ensalza, además, la labor cándida y comprensiva de los maestros, un papel que parece difuminarse durante el franquismo y que Trueba trae de vuelta para reescribir su papel dentro de la Historia (en mayúsculas) silenciosa. 

Western, road- movie con toques de comedia
La elección de la localización desértica parece una pequeña metáfora de "lo que ha quedado" de la dictadura que ha arrasado con todo. Desierto. Amarillos nostálgicos. Verdes que desean renacer. Y es que la tonalidad cromática que exhibe Trueba destiñe nostalgia y anhelo de dejar pasar la luz a través de la oscuridad.
Sin duda es una road-movie en la que sus tres protagonistas buscan su camino en la carretera. Pero es quizás aquí donde el director aporta un toque innovador al género. Vivir es fácil con los ojos cerrados no es un melodrama, sino una comedia. Los personajes buscan apoyarse mutuamente para superar, con alegría, los obstáculos de sus propias situaciones personales

El cast
Sin duda la elección de los actores es una pieza clave en el film. La interpretación de los tres protagonistas destaca por su brillantez, cada uno en una etapa diferente. Javier Cámara (Antonio) se reinventa a sí mismo evocando risa y ternura a partes iguales, Natalia de Molina (Belén), bien vale ese Goya a Mejor Actriz Revelación con un papel complejo: tímida y dulce, llena de coraje y a la vez tan frágil. Finalmente Francesc Colomer (Juanjo) exhibe una madurez interpretativa que deja atrás al niño de Pa Negre (Villaronga, 2010)

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