martes, 28 de octubre de 2014

"Perdida (Gone Girl)" (Fincher, 2014)




Sinopsis. Missouri, verano de 2012. Amy, una periodista neoyorkina, guapa e inteligente, desaparece de su hogar en el que convive con Nick, su marido, el día de su aniversario. La profunda crisis matrimonial que ambos atraviesan y las pistas apuntan a que el asesino podría ser Nick. Los esfuerzos por encontrarla involucrarán a Nick en una vertiginosa aventura mediática y hacia el corredor de la muerte, en la que tendrá que demostrar su inocencia y que su mujer aún sigue viva...

Los giros de guión: el espectador se revuelve en su butaca

La línea narrativa que establece Fincher genera un relato-iceberg, en el que el espectador está obligado a seguir la narración inicial: Amy se encuentra desaparecida, la investigación criminal inculpa a su marido Nick, y todas las pistas apuntan a que él es el presunto asesino. Sin embargo, aunque el espectador está "obligado" a seguir el punto de vista establecido, se cuestiona si verdaderamente Nick fue capaz de asesinar a su mujer, y, de hecho, llega a posicionarse con el presunto asesino juzgándolo inocente frente a las pruebas que lo inculpan. 
Una vez establecida esa línea argumental, Fincher, que nos ha proporcionado las pistas para que la identificación del espectador sea con el protagonista, descubre todo el "hielo" no visible al presentar "la otra versión de los hechos": la de Amy. 
La narración implica y apela al espectador y le obliga a posicionarse dentro de la historia de principio a fin.
El suspense y la sorpresa también son dos elementos constantes a lo largo del film de Fincher, que mantiene la incertidumbre y la duda, que asusta con puertas que se abren a la oscuridad y al silencio de un pequeño pueblo  americano consternado, que  mantiene al espectador inquieto en su butaca a la espera de reencontrarse con el paradero de la desaparecida Amy. Y es quizás ese reencuentro el giro clave en el guión de Perdida, que cambia toda la perspectiva de la película y que genera una serie de emociones contrapuestas es cuando descubrimos quién es el personaje psicópata de la película. Es quizás el punto en el que el espectador "despierta" del letargo narrativo y espera que se acerque un "final feliz" conclusivo, en el que los crímenes reciben su castigo. 

Y es aquí, de nuevo, donde Fincher recurre al elemento sorpresa concluyendo con un relato circular que genera la correspondencia entre principio y final, recurso clásico del cine. Nick acaricia el pelo de Amy, como hace en la secuencia de apertura del film, mientras ambos se cuestionan, de nuevo, qué rumbo tomará la deriva de su matrimonio, al final de la película como al principio, después de todo lo vivido. 

Una crítica abierta y voraz a los medios de comunicación de masas
Sin duda Fincher retrata una sociedad americana a través de la lente de un pequeño americano, en el que la penetración mediática de la televisión de masas ejerce una potente influencia entre sus miembros. 
Los medios juegan un papel primordial en la culpabilización de Nick como asesino de Amy, hasta el punto de llegar a convertirlo en asesino, incriminarlo en su propio hogar, inventar historias y chismorreos y construir a su alrededor una ficción que lo convierte en asesino de su dulce y adorada esposa. 
Los medios se han vuelto "rosas", nos dice Perdida, porque más allá del periodismo "humano" interesan las historias desgarradoras y que desnudan la intimidad y los líos amorosos. Interesa la violencia y el asesinato, la sangre y el sufrimiento, como refleja cuando Amy accede a dar una rueda de prensa en silla de ruedas a su regreso a casa.
Los medios también son manipulables, como nos demuestran las experiencias desde el punto de vista de ambos personajes, ya que tanto Nick, en menor medida, como Amy, artista manipuladora de medios, demuestran que pueden valerse de los medios de comunicación para transmitir, colocar y difundir su mensaje. 

La construcción de los personajes
¿Quién es Amy? Esa es la pregunta que nos acompaña durante toda la película y que Fincher deja sin respuesta.
Amy es "La asombrosa Amy", personaje de ficción dibujada por sus propios padres. Amy es la dulce y adorable esposa que todo marido desearía tener: guapa, deseada, exitosa... Pero Amy también se convierte en el estereotipo de la femme fatale, rompiendo el cliché del que parte como la mujer dulce, esposa ideal. En solo un momento, Amy hace confesiones reveladoras al volante de una pequeña road trip para encontrarse a sí misma. La rebelión contra el patriarcado y el dominio de la mujer, y su confrontación con los medios de la idealización de su personaje vertebran el debate que supone el personaje de Amy en toda la película: el 'yo' frente a lo que la sociedad espera de mí.
Y por eso, nunca sabremos qué quiere o qué sucede dentro de la cabeza de Amy, ni qué rol juega ni en qué momento interpreta el papel de sí misma.

Quizás lo más reseñable de Perdida es la capacidad de Fincher de incluir conflictos (internos, externos y con el entorno) y emociones en la búsqueda de una verdad que cada vez parece más volátil y sujeta a la subjetividad. Un cóctel de elementos que mantiene al espectador despierto los 149 minutos de película. 

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