domingo, 21 de junio de 2015

El gran olvidado: el marketing cinematográfico




La industria que sufrió una subida del IVA cultural sin precedentes causando una de las mayores crisis de espectadores en las salas de cine, la que agoniza en busca de nuevos modelos que atraigan de nuevo a ese inquieto espectador a las salas, hoy vuelve a ser noticia.
Se estrena 'Ahora o nunca', la que promete ser la secuela de "la comedia del 2014", de la "Fiesta del Cine", del debut de Dani Rovira en la gran pantalla: 'Ocho Apellidos Vascos'.
Si bien 2014 fue un año de inesperada alegría para nuestro cine español, este 2015 ha vuelto a esa tonalidad gris de tristeza y salas vacías. 
Ni siquiera las constantes ofertas logran atraer de nuevo al público a las salas, y el sector que agonizaba y que recibió un respiro vuelve a verse en caída libre. 
Creo que en España tenemos un problema. Un problema que se basa en nuestra capacidad de vender nuestros productos. Pasa en la mayoría de las industrias españolas, y el cine no es una excepción.
Este mes de junio se convoca la III Edición de los Premios Proyecta de Marketing Cinematográfico, una iniciativa de la ESCAC con la que se pretende dar visibilidad y compartir buenas prácticas del pasado 2014. 
Cuando pienso en estas cosas, me resulta inevitable una reflexión. Los que hemos estudiado la preciosa carrera de Cine en España (Comunicación Audiovisual), hemos tenido dilatadas oportunidades para entender el proceso de realización de una película: desde el guión hasta el rodaje, del atrezzo a la preproducción, el estudio de realización y las bandas sonoras. Nos han preparado para hacer cine, y, sin embargo, nunca nos han explicado cómo 'vender' ese producto que sabemos realizar al completo. Entonces, cuando llegamos con ese producto acabado, exhaustos después del "parto", nos encontramos que no sabemos cómo hacérselo llegar al público. No sabemos vender nuestra historia. No sabemos encontrar los canales.  No hemos aprendido nada acerca de la industria. 



De los Premios Proyecta de este año podemos aprender muchas cosas. Sobre todo qué hicieron los grandes títulos del 2014 para atraer a ese público adormecido.
Porque al final, el problema de nuestro cine es, como en tantos otros aspectos de la vida pública, cómo comunicar con el público. Cómo decirle algo diferente, que le lleve a las salas, que impulse el clásico entre los clásicos word-of- mouth. Esa película Dani Rovira. Es lo nuevo de Amenábar. 
Cómo comunicar con los públicos. He ahí la clave para la futura supervivencia del barco a la deriva que es nuestro cine. No existe una fórmula mágica, pero encontraremos la manera. 

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