martes, 6 de enero de 2015

La representación del sexo en el cine contemporáneo (2011-2014)

La exploración del sexo en pantalla: ellas y ellos

Coincidió con el día de Navidad de 2013 cuando un transgresor Lars von Trier llevó a la gran pantalla la rompedora primera parte de Nymphomaniac, una cinta que narra explícitamente la historia de Joe (interpretada por Charlotte Gainsborough), una joven que a una muy temprana edad descubre su adicción al sexo. 
La segunda parte de Nymphomaniac es una inmersión en la crudeza biográfica de Joe. El sexo se muestra de manera directa en la pantalla. Explícito, sin esconder nada. A veces duro, situaciones escalofriantes, situaciones cómicas. Violencia y sexo. Por primera vez se trata el sexo en el cine desde el punto de vista de una mujer, una mujer adicta al sexo. 

Porque al hombre adicto al sexo ya lo conocimos en Shame (McQueen, 2011), encarnado por Michael Fassbender. Un relato escalofriante que despoja al protagonista de sentimientos: un autómata del sexo, sin escrúpulos. Una vida vacía, días intensos de trabajo, noches de cacería. El reflejo de un sector de la sociedad de clase alta, sofisticado, pero que ya no se oculta, que ya no tiene vergüenza de ser quien es en la intimidad. 


Descubriendo el sexo. Adolescentes.

La exploración del descuidado sexo adolescente se muestra en Joven y bonita (Jeune et jolie, Ozon, 2013), en el que una chica en plena pubertad, proviniente de una familia burguesa y acomodada, decide convertirse en prostituta de lujo, una visión muy diferente de esa exploración del sexo por parte de Benjamin (Dustin Hoffmann) en el clásico El graduado (Webb, 1967), en la que, joven e inexperto, descubre el placer de la mano de su vecina Mrs Robinson, una mujer amiga de los padres y de la edad de los mismos.
Un visión muy diferente del sexo, sin duda, que muestra la evolución y aceptación social de lo "políticamente correcto", y hasta qué punto el sexo pasa de tema tabú a tema acogido por el público

El sexo homosexual, también en sus mejores cines

La vida de Adèle (Kechiche, 2013), es uno de los principales exponentes del cine lésbico, en el que una adolescente busca su identidad sexual, huyendo de lo "estipulado" y lo "correcto", enamorándose de otra joven de extravagante pelo azul. Una cinta en la que la representación del sexo es de las más explícitas en su género y en la que Adèle tendrá que enfrentarse a muchos obstáculos y desgarrar falsas convicciones para encontrarse a sí misma.

Weekend (Haigh, 2011) hace lo propio en el cine gay. Un relato que huye de la frivolidad de las relaciones de una noche para narrar una historia de mucho sexo y sentimientos verdaderos.






Parece que la representación del sexo en el cine está cambiando. Está cambiando principalmente desde lo que concierne a la "esfera de lo público", es decir, qué podemos visionar en espacios públicos, que no quiere decir por ello que sea lo moralmente aceptado por la sociedad en su conjunto.
Estas películas oscilan entre el erotismo y la pornografía, por su alto contenido erótico, construidas con una puesta en escena regida directamente por parámetros eróticos (curiosidad, morbo, deseo).  Los cuerpos humanos se exponen a los ojos de un voyeur, espectador curioso que siente atractivo. El sexo, como antes ocurrió con la violencia, se naturaliza al insertarse en una serie de films que lo convierten en objeto de la cotidianeidad fílmica. Muestra de ello es la llegada el próximo mes de febrero de la adaptación de la novela 50 sombras de Grey. 


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